Psicología

Propiciar bienestar emocional para personas con diversidad funcional

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La atención a los usuarios en Centros de Apoyo para la Integración (CAI) con personas con diversidad funcional es llevada a cabo por un equipo multidisciplinar y como en cualquier estructura social es necesario tener en cuenta cuáles son los derechos de los usuarios y marcar la importancia de llevarlos a cabo remando todos juntos para que la intervención en el centro pueda ser efectiva y el usuario se sienta integrado.

En las comunidades autónomas hay guías de buenas prácticas que acompañan al profesional y muestran la información a usuarios y familiares.

Buenas prácticas y derechos que están relacionados con el bienestar emocional de la persona

Es importante empezar este enfoque desde el pre ingreso favoreciendo que en la fase previa de incorporación al centro se obtenga información suficiente sobre la situación de la persona y su familia, se informe al usuario y se resuelvan sus dudas y se escuchen de manera activa sus necesidades, se presente al equipo, se muestren las instalaciones y se hable de la organización horaria. Es importante intentar planificar con el usuario el día del ingreso para evitar que sea una incorporación inmediata que desborde a la persona.

Una vez que se ha programado una fecha de ingreso, las primeras semanas serán de vital importancia en el proceso de adaptación por lo que la acogida deberá de estar estructurada por el equipo técnico. Si un técnico y un usuario de apoyo están en la recepción al llegar la persona tendrá la sensación de cercanía necesaria como para generar un buen clima emocional desde el principio. Se tendrá en cuenta ciertas preferencias a la hora de acompañarlo e incluirlo en las actividades, si fuera posible formar un pequeño grupo de acogida de usuarios que acompañe a su llegada sería una práctica muy favorable.

Permitir en lo posible la participación de la familiar en el centro y tener en cuenta el derecho a la información. Prestar más atención generando conversaciones que le permitan tomar confianza con el equipo y sentir que estamos a su disposición ante cualquier situación que le preocupe. Intentar que la comunicación no sea a través de tecnicismos, en momentos en los que haya prisa o estén muchos usuarios delante. Intentar conocer aspectos personales sobre cómo quiere ser llamada esa persona, pasados unos días preguntar cómo se siente en el centro.

El equipo puede utilizar alguna herramienta de registro para poder determinar las preferencias del usuario, no tanto en gustos en sí como en determinar qué elementos le pueden resultar estresores y es necesario estar atentos o evitarlos o aquellos que le suponen un refuerzo y se pueden incluir en situaciones especiales.

Los centros de apoyo a la integración son espacios especializados y abiertos a la comunidad y como tal deben tener en cuenta estos aspectos psicológicos que permiten un bienestar para todos.

 

Silvia Santana

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