Depresión y tristeza: ¿Son lo mismo?
Tristeza y depresión son dos conceptos que se suelen confundir, pero que en realidad son muy distintos, y es importante aprender a diferenciarlos. La depresión tiene como principal síntoma un sentimiento de tristeza prolongado, con incapacidad para enfrentarse al día a día y pérdida de la motivación.
Puede resultar complicado distinguir los signos y síntomas de la tristeza y la depresión, pero existen ciertas señales que ayudan a diferenciar estos dos estados.
Diferencias entre tristeza y depresión
A continuación explicamos algunos signos que nos ayudan a diferenciar un sentimiento de tristeza de un estado depresivo.
La tristeza es pasajera
El sentimiento de tristeza es un estado relativamente habitual, y que en sí mismo no indica que exista un trastorno psicológico. Se trata de nuestra reacción natural a una situación dolorosa o ante situaciones que nos sobrepasan, o simplemente una situación que vivimos desde la tristeza y es natural dicha experiencia. La pérdida de un ser querido, una ruptura, la pérdida de un empleo, o incluso algunos cambios hormonales pueden provocar una etapa en la que la tristeza está más presente.
La tristeza es una más de las tantas emociones humanas, no es mala, ni debemos preocuparnos en exceso cuando una persona cercana, o nosotros mismos, estemos tristes durante unos días. En algunos casos, la tristeza prolongada puede llevar a la depresión.
La depresión produce incapacidad para enfrentar el día a día
Cuando una persona sufre depresión se siente incapaz de afrontar su día a día. La depresión provoca un deterioro progresivo en la calidad de vida de quien la padece, comenzando a sentirse incapacitado para realizar sus tareas cotidianas.
Su estado psicológico, y el aislamiento que produce, limita sus capacidades. Además, presentan pérdida de energía, insomnio o hipersomnia. Esta situación puede extenderse durante varios meses.
Quienes sufren de depresión sienten que es imposible motivarse
Para las personas que presentan un trastorno depresivo, encontrar motivación y alejarse de su foco de tristeza, resulta imposible. Tareas cotidianas como ir al trabajo, a comprar o hacer cualquier gestión, se convierte en una misión imposible.
La depresión consigue que las personas sientan que no hay nada por lo que valga la pena moverse, nada les motiva, pierden la iniciativa incluso para realizar desde actos tan básicos como peinarse o ducharse, hasta salir a la calle.
Esta apatía puede presentarse también cuando estamos tristes, pero en las personas depresivas se mantiene durante semanas e incluso meses.
¿Qué hacer para que la tristeza no se convierta en depresión?
Nuestras emociones no desaparecen simplemente porque así lo queramos, por mucho que deseemos evitar la tristeza o ignorarla, no se esfumará sin más. Para superarla debemos aceptarla, entender que surge por un motivo concreto, y que con el tiempo vendrán otras emociones.
Aceptar la tristeza y comprender su origen, no implica dejar que se apodere de nosotros, es importante buscar un cambio, haciendo actividades que nos hagan sentir bien, y nos lleven progresivamente a mejorar nuestro estado de ánimo.
Si empiezan a aparecer pensamientos autodestructivos del tipo “no sirvo para nada, soy un/a inútil”, o en casos más graves, pensamientos de muerte o ideación suicida, esto es una importante señal de alerta ante la que debemos permanecer atentos y reaccionar pidiendo ayuda psicológico y médica.
El apoyo de un profesional de la psicología puede ser de gran ayuda. La intervención adecuada en estos casos se centra en los pensamientos, emociones y comportamientos de la persona afectada, poniendo en marcha diversas estrategias y herramientas para conseguir la mejora completa del estado de ánimo, recuperando la motivación, la iniciativa y el bienestar psicológico.
Clínicas Origen, especialistas en Psicología y Psiquiatría
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