Ansiedad y depresión. Tratamiento mediante terapia cognitivo-conductual
Los problemas psicológicos de ansiedad y depresión en nuestra sociedad, están actualmente muy extendidos en la población general, pasando a ser las dos alteraciones psicológicas con mayor incidencia.
Hoy en día la depresión es un problema de salud con graves repercusiones en el paciente, su familia y la sociedad. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, para el año 2020, la depresión será a nivel mundial, la principal cauda de discapacidad, superada solamente por las enfermedades cardiovasculares.
La ansiedad y la depresión, suponen el 12 % del total de enfermedades, por esta razón se les conoce como las enfermedades del siglo XXI.
Aún así muchas personas suelen confundir la depresión con la ansiedad, e incluso hay quienes las padecen y no reciben el tratamiento adecuado, pudiendo suponer esto un problema grave para la persona, ya que pueden reducir su calidad de vida de forma drástica. Según la OMS, entre un 35 y un 50% de las personas que sufren ansiedad y/o depresión, no han sido diagnosticados ni tratados.
Terapia Cognitivo-Conductual para tratar la ansiedad y la depresión
Para la Terapia Cognitivo-Conductual estos dos trastornos psicológicos vienen precedidos por una serie de representaciones como esquemas mentales, creencias, estructuras cognitivas, procesamiento de información, que están en la base de alteraciones psicofisiológicas y conductuales. Los esquemas mentales son estructuras de conocimiento relativamente estables que representan el conocimiento que tiene una persona sobre si mismo y el mundo. Se construyen a partir de información recogida en los primeros años de vida y se van reafirmando a medida que información similar es repetidamente procesada y almacenada en el mismo esquema.
En los trastornos de ansiedad se habla de una “Triada ansiogénica”, que incluye tres supuestos, una visión de uno mismo como vulnerable al peligro, una visión amenazante del mundo y un futuro impredecible, inseguro y lleno de peligros. Por consiguiente se considera que los esquemas básicos de las personas ansiosas tienen que ver con la percepción de un mundo amenazante y una percepción de baja autoeficacia frente a la amenaza.
En los trastornos depresivos se habla de “Triada depresiva”, que hace referencia a tres patrones cognitivos que inducen al individuo a percibirse a sí mismo, al mundo y al futuro desde un punto de vista negativo. Estos esquemas negativos, activados en los individuos depresivos les llevan a cometer una serie de errores en el pensamiento y en el procesamiento de la información que se denominan “distorsiones cognitivas”. Estas distorsiones permiten al sujeto depresivo mantener la validez de sus creencias negativas sobre ellos mismos, el mundo y el futuro. Un ejemplo de estas distorsiones sería extraer conclusiones sin evidencia empírica suficiente e incluso con evidencia contraria (ej. “nadie me quiere porque soy un desastre”).
El superar estos trastornos psicológicos se orienta al cambio del sistema mental representacional supuesto, que es disfuncional.
José Antonio González Ortega, psicólogo en Masquemedicos
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