Psicología

¿Cómo dejar de procrastinar o postergar tareas?

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Procrastinar, una palabra que se ha puesto de moda desde hace pocos años pero que en realidad existe desde hace siglos, ¿a qué hace referencia? Procrastinar, o en su defecto su sinónimo posponer, es dejar aquello que tienes que hacer para otro momento. Postergar tareas que deberías y de hecho, querrías hacer pero que finalmente por otras prioridades o por un componente emocional interno se dejan para más tarde. La mayoría de las veces esa obligación se sustituye por actividades más agradables, sin importancia o de menor duración.

La consecuencia es importante pues dejamos de conseguir metas, la sensación de no logro se apodera de nosotros y cada vez acumulamos más bloqueo.

La excesiva autocrítica, es la que más piedras genera en el camino. Esta desacreditación propia, al decirnos que no somos lo suficientemente capaces para realizar determinadas tareas, nos lleva a sentirnos inferiores. En algunos casos, dependiendo de su gravedad, puede incluso conducir a la depresión. Al dirigirnos mensajes de este tipo, centramos la atención en lo que tememos que piensen los demás llegando a sentirnos un fraude. De ahí que un cambio profundo implique focalizar la energía en nuestra participación activa en la situación, aprender de lo vivido.

¿Qué hacer para dejar de procrastinar?

  • Diferenciar lo urgente de lo importante. ¿Qué es importante para nosotros? Verlo escrito es más útil de lo que parece. Es cierto que las situaciones urgentes, en muchas ocasiones efectivamente necesitan atención en el momento, pero en varias otras, catalogamos como “urgentes” cosas que en realidad no lo son.
  • Comprender que es posible continuar y aprender, más allá de los inconvenientes.
  • Aceptación. Nuestros resultados pueden ser suficientes y ser positivos no tienen que ser los ideales o perfectos. Desterrar ese lema de “O se hace bien o no se hace”.
  • Dividir tareas. Ponerlas en práctica por partes es un paso acertado a la hora de ser más activos sin sobrecargarnos, en especial si de un proyecto relativamente grande se trata, ya sea a mediano o largo plazo. Comencemos hoy con una parte. Incluso si no hay nada urgente es mejor empezar por tareas cortas que nos dejen buena sensación de logro.
  • Premiarse haciendo algo disfrutable apenas se termina una actividad. Escuchar música, salir a caminar, etc., es una forma de asociar la nueva conducta con algo placentero, aumentando las posibilidades de que se repita.
  • Modificar el entorno. ¿Qué cambios en el ambiente favorecerían la tarea?. Por ejemplo, trabajar sobre un escritorio ordenado tiende a mantener una sensación de control y hacernos sentir más tranquilos.
  • Focalizarse en los beneficios de estar haciendo lo que se solía postergar.
  • Pedir ayuda si no sé por dónde empezar
  • Crear una lista de tareas si no tenemos controlado todo lo que tenemos que hacer por haber postergado mucho.
  • Quitar las distracciones del entorno.
  • Evita decir que sí a todos los planes sociales que te impidan hacer las tareas objetivo.

Si te encuentras en una situación de ansiedad o bloqueo porque tu estilo de afrontamiento es postergar las metas y conductas en tu vida un profesional de la psicología puede ayudarte.

Silvia Santana

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